Cada vez que comenzamos a orar a Nuestro Señor Jesús, es el Espíritu Santo quien nos lleva por el camino de la oración a través de su gracia. Por eso la Iglesia nos invita a invocar al Espíritu Santo todos los días, especialmente al principio y al final de cada acción importante. La forma tradicional de petición al Espíritu Santo es invocar al Padre por medio de Cristo nuestro Señor para que nos envíe el Espíritu Consolador.
Ven, Espíritu Santo, llena nuestros corazones,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envíanos Señor tu Espíritu y seremos recreados
y renovarás la faz de la tierra.
Oh, Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo,
concédenos que con la fuerza de este mismo Espíritu
saboreemos las cosas rectas
y gocemos de sus consuelos
por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Come, Holy Spirit, fill our hearts,
and kindle in them the fire of your love.
Send us Lord your Spirit and we shall be recreated
and you shall renew the face of the earth.
Oh God, who by the light of the Holy Spirit, did enlighten the hearts of the faithful,
grant us that with the strength of the same Spirit
we will be grateful for the right things
and enjoying us our of his consolations
through Jesus Christ our Lord.
Amen.
Adaptación del Padre Javier Luzon del Emitte Spititum tuum et creabuntur; Iglesia Católica, “Catecismo de la Iglesia Católica” 2670-2672