Coronilla de la Divina Misericordia

La Coronilla de la Divina Misericordia es una oración que se originó a partir de las revelaciones dadas a Sor Faustina Kowalska en la década de 1930. En estas revelaciones, Nuestro Señor Jesús pidió a Santa Faustina que propagara la devoción a su Divina Misericordia. Esta devoción se ha convertido en una oración muy popular entre los católicos, especialmente desde su aprobación por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000. Ha sido objeto de varios estudios teológicos y ha sido alabada por su enfoque en la Misericordia de Dios y su llamado a la conversión y la redención.

En las revelaciones a la Santa, Nuestro Señor Jesucristo le hizo una serie de promesas extraordinarias, que quedaron expresadas en su Diario, las cuales resumimos a continuación:

  • Yo prometo al alma que venere esta Imagen que no perecerá y la colmaré con muchas gracias.
  • Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios.
  • El alma que confía en Mi misericordia es la más feliz porque yo tengo cuidado de ella.
  • Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro que pidan mucho porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo.
  • He abierto Mi corazón como una fuente viva de misericordia. Que todas las almas tomen vida de ella.
  • Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina.
  • Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad.
  • A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso.
  • A todos los que proclamen esta gran misericordia Mía. Yo mismo los defenderé en la hora de la muerte como Mi gloria aunque los pecados de las almas sean negros como la noche.
  • Todas las almas que Adoren Mi misericordia y propaguen la devoción invitando a otras almas a confiar en Mi misericordia no experimentarán terror en la hora de la muerte. Mi misericordia las protegerá en ese último combate.
  • Nada le será negado al alma que rece a las 3 de la tarde esta oración,y que lo pida por los méritos de Mi Pasión
  • En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia
  • Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón.
  • Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador Misericordioso.
  • Reza incesantemente esta Coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte.
  • Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz.
  • A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi Voluntad.

Oración de la Coronilla de la Divina Misericordia

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Expiraste, Señor Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros.

Oración del Padre Nuestro

Oración del Ave María

Oración del Credo

Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y de los del mundo entero. (5 veces, una en cada cuenta grande o intermedia del Santo Rosario)

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. (10 veces en cada decena del Santo Rosario)

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3 veces al final)

Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos.

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Kowalska, Faustina. Diario de Santa Maria Faustina Kowalska: La Divina Misericordia en mi alma. Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, 2003.